En general Albania es un país muy montañoso, aunque en Gjirokastër encontramos el enorme y fértil valle del río Drinos. Gjirokastër es la capital del condado del mismo nombre y el menos poblado de Albania.

La característica principal de Gjirokastër, o Gjirokastra, es el uso intensivo de la piedra en la construcción de sus casas, que parecen pequeñas fortalezas, así como las calles empedradas y empinadísimas que conducen al Bazar. Desplazarse en coche por el centro histórico de la ciudad es sólo para los más atrevidos y aun así no estarán exentos de alguna sorpresa poco grata, pues ningún GPS es lo suficientemente astuto en esta ciudad.

Gjirokastra es uno de los raros ejemplos de ciudad otomana en buen estado de conservación, con notables ejemplos de casa torreta o torre, denominadas kullë, construidas con una planta baja elevada sobre el suelo, un primer piso para vivir en invierno y un segundo piso para la época estival.

El maravilloso valle que se extiende desde Gjirokastër está especialmente dedicado a la agricultura. Los productos agrícolas albanos son cada vez más valorados y demandados por países como Italia y Alemania. La materia prima es excepcional y existe en Tirana un banco de semillas autóctonas que van renovando cada año.

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